El uso de corriente eléctrica de baja potencia (micro-corriente) se ha utilizado con fines terapéuticos para ayudar a acelerar la cura de lesiones y heridas. Estimula las células, concretamente, los orgánulos mitocondriales, para que produzcan la máxima cantidad posible de ATP (trifosfato de adenosina). Al crear energía, esta molécula dispara su último fosfato, lo que crea energía que se utiliza para mantener vivo el cuerpo y mantener todas sus funciones.